He decidido incluir en esta última muestra de mi portafolio de formación la jornada online que tuvo lugar ayer como parte final de las prácticas docentes. Y he decidido incluirla porque fue muy productiva y fructífera y se plantearon dudas y soluciones muy interesantes tanto para mi desarrollo profesional como para el de mis compañeros.
Esta fase de tutorización de las prácticas a través de la plataforma de educación UNIBA Blackboard learn se compuso de tres partes. Durante la primera, se hizo una sesión plenaria con todos los alumnos que integrábamos el grupo y en la que tuvieron lugar preguntas como ¿para qué creemos que hacemos estas sesiones? ¿Qué nos pueden aportar? ¿Cuál es nuestro papel? ¿Cuál es el papel del tutor? De una manera conjunta, dimos respuesta a estas preguntas e interactuamos con los compañeros y la tutora Susana Ortiz. En la segunda parte de la tutorización, y en dos grupos divididos, tuvo lugar la presentación individual de las prácticas docentes de cada uno y el planteamiento de dudas, reflexiones, puntos fuertes, puntos débiles para intentar aprender los unos de los otros y buscar soluciones a los problemas que nos pudieron surgir durante tal periodo de prácticas. Y finalmente una tercera parte donde nos volvimos a juntar todos el grupo (11 alumnos en total).
Pero es en esta muestra donde quiero hacer principalmente hincapié en la segunda parte, la presentación de las prácticas junto al resto de compañeros del mismo grupo, porque de ésta pude resolver dudas, poner en común lo observado de las grabaciones de mis compañeros y construir un conocimiento de nuestras propias reflexiones.
Comenzó Sonia Miñarro exponiendo su video y contextualizando el mismo. De esta presentación surgió el debate de la posición y el uso de la pizarra en el aula. Sonia comentó que no tiene esa soltura de ir organizando lo que va surgiendo en clase en la pizarra, de usar colores para diferenciar, por ejemplo, la gramática del vocabulario...que no sabe qué cosas mantener y cuáles borrar...y la verdad es que no es una tarea fácil en el aula ya que no solamente Sonia tuvo ese problema, sino que también Daylis y yo manifestamos la dificultad que este uso genera. De aquí surgió qué usos podemos dar a la pizarra y cómo poder organizarnos de cara a un futuro. Y la verdad que fue interesante recoger las ideas de las demás compañeras porque, además de indicar que usamos la pizarra como herramienta para hacer aclaraciones de la lengua, para poner ejemplos, para anotar imprevistos y como una herramienta de interacción con los alumnos, propusieron también dedicar un espacio de la pizarra para retomar lo que se había aprendido el día anterior y otra para indicar lo que se había aprendido hoy, como una manera y recurso que les ayude a los los alumnos a asimilar los conceptos, a conocer lo que necesitan y para que de alguna manera el alumno pueda discernir lo que es importante de lo que no, ya que muchas veces consideran que algo no es importante pero resulta serlo para su proceso de aprendizaje. Y es que igual la organización de la pizarra también necesita de una preparación previa para que resulte lo más útil posible para los alumnos.
Después de la presentación de Sonia, tuvo lugar la mía. Contextualicé mis prácticas, como se puede consultar aquí. Una de las partes que generó debate de mi exposición fue un momento durante mis prácticas en la que tuve que explicar a los estudiantes la expresión estar dispuesto a y que yo la puse como ejemplo en mi exposición por la dificultad que me generó explicarla. Tal y como les comenté en la videoconferencia el día de preparación de la clase pensaba que tenía los recursos suficientes para poder explicarlo y esto hizo que tuviera un exceso de confianza de cara a la clase. Sobre esto pudimos sacar en claro que aquellas expresiones, palabras, etc. que son más complicadas de explicar, hay que dedicarles un tiempo previo para poder usar todos los recursos posibles para poder explicarlas (imágenes, búsqueda de sinónimos, gestos, uso de dibujos, contextualización de ejemplos...) ya que esto les ayudará a los estudiantes a ser más resolutivos en su día a día.
La tercera compañera en presentar fue Daylis. Daylis, a diferencia del resto, se preocupaba, por un lado, de los tiempo de habla del profesor, que tras visualizar su video de presentación, consideró que hablaba demasiado y adoptaba una postura protagonista en el aula. Y, por otro lado, de la posición que adoptaba ella en el aula. En cuanto a lo primero, a los tiempos de habla del profesor, la profesora nos dió algunos consejos:
- Tenemos que permitir a los alumnos que sean autónomos. Todo lo que puedan resolver ellos mismos o con la ayuda de sus compañeros, hay que procurar que sea así.
- Reducir el efecto eco.
- Tener en cuenta los objetivos de la actividad para marcar los tiempos de habla.
- Hacer uso de los silencios que se producen en el aula para que sean los alumnos quienes rompan ese silencio.
- Dejar a los alumnos que han hecho una corrección en clase o han entendido algo que el resto no, que sean ellos los que lo expliquen al resto de compañeros en vez de que sea el profesor el que vuelva a repetir lo que el alumno ya ha dicho correctamente.
En cuanto a los segundo, a la posición en el aula, pudimos extraer las siguientes conclusiones:
- Nuestra posición tiene que ir un poco en función de la actividad que estemos haciendo o de lo que los alumnos estén haciendo.
- Tenemos que adaptarnos y ajustarnos a los medios con los que contamos en el aula pero a veces hay que ser un poco más creativos y aprovechar espacios para hacer que las actividades sean más motivadoras. (Esto vino en relación al espacio con el que contaba Daylis en clase, ya que las mesas estaban fijas en el suelo y el aula era muy grande y esto limitaba a Daylis a hacer actividades en grupo y/o parejas).
- Aprovechar otros recursos que puedan provocar otras conversaciones. (la profesora puso el ejemplo de cuando llueve y tenemos una ventana en en aula que nos permite ver la lluvia).
Esta puesta en común duró tres horas y exprimimos al máximo todos los consejos, aportaciones de cada uno y de la profesora, y sacamos muy buenas y enriquecedoras conclusiones que, sin duda, nos servirán para nuestro futuro profesional en el aula.
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